Vaya, no
puedo evitar escribir este artículo, ya que si en algo soy experta es en días
de "mala suerte" o como diríamos aquí en México, "me levante con
el pie izquierdo" "la ando cagando desde que me desperté"
"No es mi día". Pero déjenme decirle que en eso soy experta, y todo
se lo debo a mi ENOORME capacidad de mantener todo desordenado.
Justo el domingo pasado me causo mucha gracia leer una actividad que realizamos mi esposo y yo en el retiro para novios antes de casarnos, el cual consistía en hacer dos listas, una que cosas nos gustaban del otro y la otra que cosas no nos gustaban, pues obviamente me puse a leer la lista que él había hecho y mi graaan cerebro lleno de hormonas femeninas se dirigieron automáticamente a la lista de las cosas que a él no le gustaban de mí, claro después de 4 años de haberla hecho, no podía evitar reír cada vez que leía alguna de esas cosas, y la que más gracia me causo porque hasta a mí me molesta eso de mi es la que decía “Que seas tan desordenada”, ¡PUM! La pequeña Andreita que lleva el papel de mi subconsciente me miraba fijamente moviendo un pie con ritmo desesperado y saliéndole humo por las orejas, como era posible que alguien que no fuera yo pensara eso de mí, (me encanta el pensamiento femenino, por que quieran o no, todas somos igualitas) así que decidí no ordenar mis cosas ya que suelo hacerlo los domingos, y deje todo desordenado, Salí de mi casa al cine, al parque y a visitar familiares, así que en todo el día no hubo preocupación por que la casa estuviera desordenada, como era de esperarse mi esposo en cuanto llegamos a casa como a las 10 de la noche comenzó a renegar de que no encontraba sus cosas, mi subconsciente se tambaleaba triunfadora con su boa de plumas enrollada en el cuello, y poniéndole más “salsa a los tacos” le dije, “ si me hubieras ayudado hoy en la mañana no estuvieras batallando”, mi esposo volteo y me vio, cerró los ojos y se encerró en el baño, me puse a acomodar las cosas del super en el refri, le puse pijama a los niños y nos acostamos a dormir.
Justo el domingo pasado me causo mucha gracia leer una actividad que realizamos mi esposo y yo en el retiro para novios antes de casarnos, el cual consistía en hacer dos listas, una que cosas nos gustaban del otro y la otra que cosas no nos gustaban, pues obviamente me puse a leer la lista que él había hecho y mi graaan cerebro lleno de hormonas femeninas se dirigieron automáticamente a la lista de las cosas que a él no le gustaban de mí, claro después de 4 años de haberla hecho, no podía evitar reír cada vez que leía alguna de esas cosas, y la que más gracia me causo porque hasta a mí me molesta eso de mi es la que decía “Que seas tan desordenada”, ¡PUM! La pequeña Andreita que lleva el papel de mi subconsciente me miraba fijamente moviendo un pie con ritmo desesperado y saliéndole humo por las orejas, como era posible que alguien que no fuera yo pensara eso de mí, (me encanta el pensamiento femenino, por que quieran o no, todas somos igualitas) así que decidí no ordenar mis cosas ya que suelo hacerlo los domingos, y deje todo desordenado, Salí de mi casa al cine, al parque y a visitar familiares, así que en todo el día no hubo preocupación por que la casa estuviera desordenada, como era de esperarse mi esposo en cuanto llegamos a casa como a las 10 de la noche comenzó a renegar de que no encontraba sus cosas, mi subconsciente se tambaleaba triunfadora con su boa de plumas enrollada en el cuello, y poniéndole más “salsa a los tacos” le dije, “ si me hubieras ayudado hoy en la mañana no estuvieras batallando”, mi esposo volteo y me vio, cerró los ojos y se encerró en el baño, me puse a acomodar las cosas del super en el refri, le puse pijama a los niños y nos acostamos a dormir.
Lo importante de
todo y a lo que viene el tema es a lo que sucedió a la mañana siguiente,
literalmente me levante con “el pie izquierdo”.
Suena mi despertador a las 5:30 de la mañana, me levanto, tomo mi ropa
interior y me dirijo a bañarme, me quito el pijama y cuando quiero abrir la
regadera, ¡Vaya sorpresa! Como es común en México, no había agua, (buena fecha
para que se rompiera mi tinaco y yo y mi típica desidia no he ido a comprar
otro) pues echando “chispas” salgo del baño, me enrollo en la toalla, voy a la
cocina tomo agua del garrafón en una cubeta y me dirijo al baño. Y ¡deja tú! Ahí
no acabo todo, cuando me quiero maquillar ¡QUE NO TENIA MAQUILLAJE! Todo el fin
de semana y ¿no me di cuenta?, pues decidida a no usar maquillaje, solo
maquillo mis ojos y coloco un poco de rubor, en fin ya, hago desayuno, preparo
los lunch y las mochilas. Comienzo a planchar el uniforme blanco de mi hijo
mayor, y en eso, que la plancha estaba al máximo y se quema una parte del
pantalón, peor no pudo pasar, pero ahí no termina. Hago todo lo que tenía que hacer y en el
momento de salir de casa comienzo a buscar el gafete de mi hijo (que sin él no
puede ingresar a la escuela) y que no lo encuentro por ningún lado, en todas
las habitaciones, la cocina, sala, comedor, el baño en todos lados y no lo
encontré, por suerte hay uno de repuesto pero no tiene cordón, en fin, decido
irme así, por ahí encontrare una papelería y compro uno. Nos subimos al carro y
nos dirigimos a la guardería a dejar a mi hijo pequeño, todo muy bien, cuando
decidimos salir del fraccionamiento donde vivimos, una congestión del tamaño de
la muralla China, era tarde y los carros no avanzaban nada, 7:45 de la mañana,
mi hijo y yo entramos a las 8:30 así que suelo dejarlo al a las 8 para yo
llegar a tiempo al trabajo, pero el colegio está a 25 minutos de mi casa, y con este tráfico
dudo alcanzar a tiempo, pues por suerte un policía de tránsito comienza a
manejar el tráfico y logra desahogar un poco el tráfico, aun así logre salir
del congestionamiento a las 8 de la mañana. Todo parecía ir mejorando cuando de
repente, a 10 minutos del colegio, se descompone mi carro y ya no quiso
prender, ¡Dios bendito algo mas este día! Por suerte mi mama solo vive a 5
minutos de donde estábamos y decido llamarla para que me de “raite”, cuando
tomo el celular para marcar, ¡APAGADO! No puede ser posible si lo cargue
perfectamente bien, pues retiro la pila y la vuelvo a poner, ¡YEII! Prendió,
bueno, realmente no fue tan bueno porque las teclas nunca sirvieron, pero no sé
cómo le hice pero logre marcar, y en 5 minutos mi madre llego por nosotros. En
verdad, no sé qué haría sin mis padres, dirán que soy dependiente pero no es
eso, sino que simplemente siempre tienen una solución para todo, ella traía un cordón
para el gafete de mi hijo en su carro así que no tuve que realizar una parada más,
8:30 exactamente entra mi hijo a su salón de clases,( como suelo hacerlo
siempre traigo flats en el transcurso de
casa al trabajo, y cuando llego me pongo las zapatillas), corro hasta el carro
de mi mama y le pido que vaya demasiado recio ya que mi jefe estará con los
pelos de punta al notar que no estoy en mi escritorio temprano , pues llegue 25
minutos tarde, con el ceño fruncido del estrés que me ha causado esta mañana y,
sin zapatillas, ¡Rayos! Las deje en mi carro, creo que si mi jefe no nota que
llegue tarde, será imposible notar que no traigo zapatillas, ya que son
obligatorias para el uniforme. Bueno en fin decido no levantarme en toda la
mañana, y en cuanto voy a sentarme en mi escritorio, mi silla se mueve y voy a
dar directito al suelo.
Ahora mi solución,
después de que paso todo, ya sentada firmemente en la silla de mi escritorio y
completamente irritable decido buscar la raíz del problema.
El problema fue que
me tome muy apecho la actividad, si lo hubiera tomado de diferente manera,
hubiera ordenado mis cosas, hubiera encontrad todo, no se me hubiera hecho
tarde, probablemente no podría haber evitado el que se descompusiera mi carro,
pero si se hubiera descompuesto más temprano, yo hubiera subido al carro de mi
mama con más tranquilidad, fijándome de que no dejaba nada de importancia en mi
carro y hubiera llegado a tiempo.
Si yo sé, que ya no
puedo cambiar las cosas, pero cuando uno se da el momento de reflexionar
algunos hechos o acciones, es porque quiere ver realmente que paso y el por qué
paso, en mi caso me di cuenta que cambiar mi rutina o hacer caso a mi corajes
(innecesarios) trae más problemas, como suele decir mi hermano mayor, el karma, siempre me dice, “contrólate Andrea
el karma”, “cálmate Andrea el karma”, él tiene toda la paciencia que a mí me
hizo falta, y en eso debo confesar que lo Admiro.
Conclusión:
Siempre que te
ocurran una serie de problemas muy consecutivamente, tienes que comenzar a reflexionar,
pues lo más seguro es que el problema no sean las demás cosas o personas, el
problema eres tú. Nunca te acuestes molesto, ni menos molesto con tu pareja, es
lo peor que puedes hacer porque al despertar te encontraras con todos los
problemas que dejaste un día anterior y estos problemas traerán más problemas y
tu como la mayoría de los seres humanos, le echamos la culpa a la pobre suerte.
Reflexiona siempre
tus actos pasados, para que si estos te llevaron a algo ya sea bueno o malo,
saber cómo fue y a raíz de que sucedió, con el uso de los POR QUÉ.
Ahí les va un
ejemplo.
El problema: Se me
hizo tarde para el trabajo
¿Por qué?: Porque tuve
que hacer las mochilas de mis hijos
¿Por qué?: Porque
no las hice anoche
¿Por qué?: Porque
me enoje con mi esposo porque él piensa que es desordenada
¿Por qué? Porque si
soy desordenada.
Solución: Ser más
ordenada.
Saludos, y gracias
a las personas que dedican el tiempo de leer mi blog.
Si tienes alguna
duda, alguna historia que quieras compartir, una pregunta de cualquier tipo, te
la podemos solucionar, solo envíamelas a simplementeobsesionada@gmail.com.
PD.
Es suficiente pensar en "saludar este día con amor en mi corazón" para lograr tus objetivos, ya que no hay persona que se resista al amor que tu cualquier ser humano le pueda dar.
Es suficiente pensar en "saludar este día con amor en mi corazón" para lograr tus objetivos, ya que no hay persona que se resista al amor que tu cualquier ser humano le pueda dar.
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